No hace mucho el economista y escritor, José Luis Sampedro volvió a repetir que "la solución a largo plazo de todo, es la educación, la preparación de los seres humanos. […] Lo primero es que la gente razone y piense por su cuenta. Nos están educando al revés, nos educan [dice] para producir y consumir." (Público.es, 29/11/11)
Para el filósofo José Antonio Marina, educar "es la actividad fundacional de la especie humana, a la que habría que definir como <<la que educa a sus crías>>. Esto, continúa el filósofo y profesor, nos convierte a padres y docentes en protagonistas de una gran aventura metafísica." (La educación del talento. Ariel, 2010)
Surge una pregunta: ¿qué es educar, cuál es su objetivo? Naturalmente esta respuesta ha ido cambiando a lo largo de la historia, y es diferente según el tipo de sociedad a la que esté destinada. No es lo mismo educar dentro de un marco de libertades, que educar dentro de un marco represivo y totalitario. Quedémonos pues con lo que se dice a propósito de la educación en la Declaración Universal de Derechos Humanos: "la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad". Según entiendo, al educar tratamos, docentes y padres con algo que nos viene dado: la personalidad, el talento que diría José Antonio Marina.
La tarea es fenomenal, y toda ayuda será poca. El nuevo equipo del AMPA Iberia ha anunciado su disposición, y sin duda que muchas madres y algunos padres, también andarán dispuestos a aportar lo que esté de su mano. La cosa lo merece desde muchos puntos de vista: familiar, cultural y si me los permitís político, como insinúa Sampedro.
M.
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